Verne tuvo una gran trascendencia
en mí. Me atrevo a decir que gracias a este señor empezó mi gusto por la
literatura. Con tan solo diez años encontré en su producción un refugio mágico,
un lugar dónde tuve la posibilidad de escapar de la realidad; por fin sentía
esa sensación de viaje espacio-temporal que solo los lectores podemos entender
y que Verne dominaba como ninguno.
Hoy en día Verne es catalogado
como uno de los padres de la ciencia ficción, pero más que eso, se le considera
un verdadero científico. Encontró en su producción literaria el conductor
idóneo para manifestar los futuros avances de la ciencia mucho tiempo antes que
se dieran, tales como helicópteros, naves espaciales e internet.
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